El agua embotellada

En la entrada de esta semana hablamos sobre un producto que consumimos a diario y en gran cantidad: el agua. Hasta hace unos años, en la mayoría de los hogares del mundo occidental accedíamos a él con el simple gesto de abrir el grifo de nuestra cocina y llenar una jarra que servíamos en la mesa. Una forma sencilla y barata de acceder al agua potable y que, según recuerda el Ministerio de Medio Ambiente y la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), garantiza unos niveles óptimos de calidad para el consumo humano en todo el país, exceptuando casos concretos.

Sin embargo, en los últimos años se ha inculcado la idea desde la industria del agua embotellada de que el agua corriente no es tan fiable y que es necesario comprarla en los supermercados, tal y como defiende la Asociación Nacional de Empresas de Agua de Bebida Envasada (ANEABE). Esta afirmación se contradice con el hecho de que los controles de calidad del agua corriente superen en muchos casos a los sometidos en empresas privadas. Esta idea ha supuesto un incremento del consumo de este producto del 67% en la última década, pasando de 2.000 a 5.600  millones de litros anuales, generando un gasto privado de 84 mil euros. 

Por otro lado, medioambientalmente la compra de este producto supone apoyar un consumo energético y de material elevado, que podría obviarse si se consumiese agua del grifo. También implica la generación de 3 millones de toneladas de residuos al año. Si bien se indica desde la industria que este material es reciclable, en la práctica solo se recicla un 13% de lo que se genera.

Ello conlleva a la paradoja de que en el primer mundo, donde disponemos de agua corriente potable y a precio mínimo, necesitamos comprar agua envasada, pagando de media 2.000 euros el metro cúbico, cuando para uso agrícola la misma cantidad costaría 0,001 euros. Si dedicásemos ese gasto a la potabilización del agua en los países del tercer mundo, conseguiríamos solucionar ese problema, cumpliendo con uno de los Objetivos del Milenio de la ONU.

En el siguiente video se muestra de forma sencilla y gráfica cómo se crea la demanda en EEUU para que los consumidores adquieran más de 500 millones de botellas por semana cuando ya tienen agua del grifo. Nos hace pensar sobre cómo se ha cambiado en los últimos tiemops la mentalidad sobre este producto. Espero que os guste.




Fuentes:
- El país. Reportaje: "Negocio Redondo: Agua y en botella".
- BBC: Reportaje: "Bottled Water: Who needs it?".

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