Ahorro energético en el hogar. Capítulo III: Calefacción

Esta semana cerramos la temática del ahorro energético con el último de los tres capítulos, dedicado en esta ocasión al consumo de calefacción y agua caliente sanitaria en el hogar, que representan entre un 50% y un 70% de la factura energética total. Es, por tanto, la partida más importante de las 3 que estamos tratando. 


CALEFACCIÓN 

En primer lugar deberemos tener el cuenta el tipo de calefacción que tenemos instalado en nuestra vivienda y si resulta conveniente cambiarlo. Existen cinco combustibles posibles: electricidad, gasóleo calefacción, gas propano, gas natural y biomasa, cada uno con sus propiedades caloríficas, de precio y ecológicas. En este sentido, los nuevos sistemas de biomasa alimentados por pellet están resultando una opción cada vez más a tener en cuenta, debido al reducido coste del combustible y a la prácticamente nula emisión de CO2 que producen. Es de destacar que el resto de opciones, aunque sean más potentes, perjudican al medio ambiente y son más costosas, como puede verse claramente con la electricidad.

En la siguiente tabla comparativa podemos ver las diferencias entre ellas: 

COMBUSTIBLE
PODER CALORÍFICO
PRECIO/KW
CONSUMO ESTIMADO A 100 M2
Pellet
4,90 kW/kg
0,04 €/kW
360 €/anual
Gas natural
9,45 kW/m3
0,06 €/kW
540 €/anual
Gas propano
12,80 kW/kg
0,07 €/kW
630 €/anual
Gasóleo calefacción
10,87 kW/litro
0,10 €/kW
900 €/anual
Electricidad
1 kW
0,14 €/kW
1260 €/anual

Una vez que conocemos los características de cada opción calefactora, y sabiendo que la calefacción supone casi la mitad de la energía que se consume en una vivienda, deberemos tener en cuenta una serie de consideraciones generales, independientemente del sistema elegido: 

  • Una temperatura de entre 19º y 21º grados puede considerarse adecuada en el hogar. Durante la noche, con 17º basta para los dormitorios. Hay que tener en cuenta que por cada grado que sube, se consume un 7% más de energía. 
  • La clave del ahorro está en el aislamiento. El calor se va por los cristales, por la carpintería de las ventanas, a través de los cajetines de las persianas, por debajo de las puertas y por la cubierta. Conviene tener cortinas, bajar las persianas cuando empiece a anochecer, colocar alfombras en el suelo o burletes en las rendijas de las puertas. 
  • También conviene apagar la calefacción por la noche mientras se duerme y encenderla al día siguiente después de haber ventilado las habitaciones. Tener abiertas las ventanas durante 10 minutos es suficiente. 
  • Si los radiadores están tapados por estética, es mejor dejarlos al descubierto; de lo contrario, el calor no circula bien y el gasto es superior. Al colocarlos debajo de las ventanas se favorece la difusión de aire caliente por la habitación. Conviene también purgarlos al menos una vez al año, al iniciar la temporada de calefacción. 

AGUA CALIENTE 

El agua empleada en nuestro aseo habitualmente suele ser caliente, especialmente en invierno. 
  • Se considera que una temperatura de entre 30ºC y 35ºC es suficiente para sentirse cómodo en el aseo personal. 
  • Por otro lado, colocando unos reguladores de temperatura con termostato se consigue ahorrar entre un 4% y un 6% de energía. 

Para concluir, os dejo algunas aplicaciones interesantes para móvil, relacionadas con esta temática: 
  • Energy saber (Android e iOS): una buena opción para analizar y reducir el consumo de energía en el hogar. 
  • MyUse (iPhone): mide el consumo eléctrico, de agua y de gas y da consejos para reducirlo. 

Espero que os hayan sido útiles todos los estos consejos y que poco a poco podamos tener un consumo energético más sostenible en nuestras casas.

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