Esta semana el segundo
capítulo del ahorro energético se centra en cómo utilizar los
electrodomésticos de la forma más eficiente posible.
Los electrodomésticos
suponen una parte muy elevada del consumo eléctrico y, por tanto,
energético de un domicilio, rondando el 30% del gasto total.
Algunos, como el televisor o el ordenador, requieren poca
electricidad, sin embargo, otros como el horno, la secadora o la
placa vitrocerámica son grandes consumidores de energía.
En primer lugar, tenemos
que tener en cuenta los siguientes puntos:
- Cuando se renueven los electrodomésticos, elegir aquellos de clase A, con tamaño y potencias adecuadas a nuestras necesidades. Al principio pueden ser algo más caros, pero a la larga, reducen mucho el consumo eléctrico, por lo que ahorramos dinero.
- En lo que respecta a televisores, ordenadores e impresoras, optar por los que dispongan de sistemas de ahorro de energía y apagarlos totalmente cuando no los utilizamos, sin dejarlos en stand by. Pese a que se cree que el gasto es pequeño, el modo en espera sin apagar puede suponer el 5% del consumo energético de una vivienda.
A continuación,
analizamos individualmente los electrodomésticos más relevantes,
indicando unos sencillos consejos para emplear la menor cantidad de
energía.
El lavavajillas
Pese a la creencia de que
fregar los platos a mano es más barato, lo cierto es que utilizar el
lavavajillas es más económico, tanto por el agua que se gasta,
muchas veces caliente, como por la electricidad. Conviene utilizarlo
cuando esté completamente lleno y poner programas económicos o de
baja temperatura cuando sea posible.
El frigorífico
Ubicar el frigorífico
lejos de fuentes de calor, con una temperatura de 5º y de -18º la
del congelador. Decidir con antelación lo que se va a coger del
frigorífico también ayuda a ahorrar, ya que tener la puerta abierta
mucho tiempo supone una pérdida de energía. Además, es mejor no
introducir en él alimentos calientes, dejándolos enfriar fuera el
gasto energético es menor. También es conveniente descongelar los
alimentos en el frigorífico para aprovechar el frío que emiten.
La lavadora
Más del 80% de la
electricidad que consume la lavadora es para calentar el agua. Si se
lava en frío, siempre que la ropa no esté demasiado sucia, se
reduce de modo considerable el gasto. Intentar llenar la lavadora
para ponerla en marcha, sino utilizar programa a media carga ya que
disminuye mucho el consumo.
La cocina
Las cocinas de inducción,
además de mucho más rápidas, permiten ahorrar un 40% de energía
frente a las vitrocerámicas. La olla a presión tiene mayor
eficiencia que las cazuelas y gasta bastante menos. Conviene poner
una tapa en la cacerola para que no pierda energía, pues de esta
forma los alimentos se hacen más rápidamente. Al cocer se puede
apagar la cocina un poco antes de terminar y aprovechar el calor
residual.
La secadora
Es una gran consumidora
de energía, por lo que siempre que sea posible es mejor secar las
prendas al sol. Antes de utilizarla es conveniente haber centrifugado
la ropa, así se podrá poner un programa más corto que ahorre. El
programa "punto de planchado" que tienen algunas secadoras
deja la ropa ligeramente húmeda pero es más económico.
El horno
Es un electrodoméstico
que consume bastante energía por lo que, siempre que sea posible, es
mejor cocinar varias cosas a la vez. Cada vez que se abre la puerta,
la temperatura interior baja un 20% y consume mucha energía para
volver a calentarse. Por lo que mejor abrirlo solo cuando sea
imprescindible. Si se apaga un poco antes de que el alimento esté en
su punto, el calor que queda terminará de hacerlo.
El microondas
Gastan hasta un 70% menos
que el horno, además de suponer un ahorro considerable de tiempo. Si
se colocan los alimentos cortados en vez de enteros se cocinan más
rápido y se gasta menos energía.
Como veis, todos ellos
también son consejos sencillos de seguir, al igual que los
explicados en el primer capítulo, por lo que os animo a que los
llevéis a cabo. Veréis cómo el resultado se nota en la factura
eléctrica, al mismo tiempo que contribuis al medio ambiente.
Fuente: Revista Eroski Consumer.
Fuente: Revista Eroski Consumer.
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