La producción integrada es una modalidad agraria a medio camino entre la agricultura tradicional y la ecológica. Tiene su origen en la lucha biológica, el control de las plagas mediante enemigos
naturales.
Conjuga el empleo de técnicas medioambientalmente correctas con la rentabilidad económica, es decir, reúne los beneficios de ambos tipos de producción. En ella, los métodos biológicos, las técnicas de cultivo y los procesos químicos son elegidos cuidadosamente.
Por un lado, la agricultura convencional supone una de las actividades humanas más contaminantes, especialmente por la contaminación de las aguas subterráneas. Por otro, la agricultura ecológica tiene una menor productividad en pro de ser más respetuosa con el medio ambiente, lo cual encarece el producto e imposibilita el acceso a los alimentos a una parte de la población.
Es, por tanto, una opción a medio camino y que además dá respuesta a las demandas de los consumidores, cada vez más comprometidos con el medio ambiente y más exigentes con la calidad y la seguridad alimentaria.
El sistema está controlado por Entidades de Control y Certificación, y son las encargadas de certificar si se cumplen las normas y requisitos de producción integrada. Los productos que cumplen con estas normas,
son etiquetados con la marca de garantía de Producción Integrada de la correspndiente comunidad autónoma y pueden optar al distintivo de Calidad Certificada, tal y como se puede observar en el gráfico que se muestra a continuación.
En la web del Ministerio de Medio Ambiente se puede consultar más información sobre el tema, así como estadísticas sobre la difusión de este tipo de agricultura.
http://www.marm.es/es/agricultura/temas/produccion-integrada/estadistica/
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